¿Cómo priorizar inversiones en infraestructuras hidráulicas?

¿Cómo priorizar inversiones en infraestructuras hidráulicas?

Opinion

Los recursos hídricos son uno de los condicionantes más importantes en la constitución y desarrollo de una sociedad. En aquellos países en que por desgracia no son un bien abundante, las presas han ejercido un rol determinante en el binomio necesidad-disponibilidad de agua, permitiendo un aumento de la calidad de vida que se ha traducido en un crecimiento poblacional, económico y cultural. Alrededor del mundo, y especialmente en España, la necesidad de corregir los desajustes de disponibilidad de agua mediante el proyecto y la construcción de obras hidráulicas ha gestado un gran patrimonio ingenieril que hoy representa una gran responsabilidad para la comunidad científico-técnica, la cual debe fomentar el estudio, y sobre todo la conservación de estas obras civiles.

A raíz de las crecidas registradas a principios de año, algunas de las infraestructuras de las cuencas del Duero Miño-Sil, Ebro y Júcar presentan importantes daños que deben ser reparados. Ante esta situación, el pasado día diez de junio, el Gobierno de España autorizó unas obras de mantenimiento por un valor de 6,5 millones de euros, según un comunicado oficial del  Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Según la propia comunicación, en la cuenca del Duero se invertirán 2,5 millones, en la del Miño-Sil 2 millones, en la del Ebro 1,5 millones, y en la del Júcar, 0,5 millones.

Ante esta decisión, como ciudadanos nos surgen algunas dudas o preguntas. ¿En base a qué criterios ha tomado el Gobierno esa decisión? ¿Económicos? ¿Técnicos? ¿Sólo se disponía de esa cantidad y se ha repartido de forma más o menos equitativa entre las distintas cuencas o se ha establecido la cantidad después de realizar un estudio técnico? ¿Es posible priorizar de acuerdo a criterios objetivos y transparentes estas inversiones?

Es evidente que lo ideal es encontrar una solución de compromiso en la que se seleccionen las actuaciones que los técnicos determinen como más prioritarias, a la vez que sólo se gaste el menor importe económico sin sobrepasar la cantidad que pueda destinar el gobierno a este fin. Ante la evidencia que este problema es y será recurrente, porque todas  las actividades recomendadas en los informes técnicos no pueden realizarse de forma simultánea, ya sea por propios factores técnicos o económicos, surge la necesidad de tomar una decisión y establecer una priorización.

Desde Smart Engineering se dispone de diversas herramientas para priorizar inversiones y para gestión de infraestructuras, como el Índice de Priorización para la Gestión de Obras Hidráulicas (IPGOH), un sistema multicriterio de ayuda a la decisión, basado en MIVES, que, con excelentes resultados, permite ordenar y priorizar inversiones no homogéneas de mantenimiento en obras hidráulicas con la voluntad de poder seleccionar aquellas que presentan una mejor respuesta global, y que por tanto aportan un mayor valor añadido tanto para el titular de la presa como para la sociedad.

El modelo divide la evaluación en dos fases, la primera evalúa la grado de daño (independiente del tipo de estructura afectada), mientras que la segunda evalúa las consecuencias desde la perspectiva de la sostenibilidad, es decir, valora las consecuencias sociales, ambientales y económicas que se pueden derivar de ese daño, que evidentemente van a depender del tipo de estructura que lo sufra y del entorno en el que ésta esté ubicada.

La utilización de una herramienta de este estilo, que es rápida de implementar por un técnico experto, permite hacer una gestión más eficiente de los recursos económicos de los que se dispone, además, en el caso de que sea utilizada por una administración pública, es una herramienta excelente para  promover la transparencia y para hacer partícipes a los ciudadanos de la toma de decisiones gubernamentales. Una filosofía y una metodología que pueden utilizarse para la gestión de cualquier tipología de patrimonio construido con ciertas modificaciones.

La sostenibilidad como criterio a la hora de tomar decisiones

La sostenibilidad como criterio a la hora de tomar decisiones

Opinion

La sostenibilidad ocupa cada vez un papel más relevante en nuestras vidas, tanto como ciudadanos, como a nivel profesional. Ejemplos cotidianos de esto son las calificaciones energéticas de electrodomésticos, edificios, vehículos, etc. La sostenibilidad forma parte, explícita o implícitamente, de nuestra vida cotidiana.

Recientemente salía publicado en El País un artículo poniendo en duda la sostenibilidad (ecología) de comprar por internet. La noticia completa puede verse aquí. Abundan hoy en día, tanto a nivel de los medios de prensa, como incluso en nuestros ambientes profesionales, valoraciones cuando menos cualitativas o parciales de la sostenibilidad o ecología de un determinado producto, proceso, actividad.

Sostenibilidad 2

La cuestión fundamental es, ¿qué criterios aplicamos para realizar esa evaluación de sostenibilidad? ¿Es una evaluación que integra los diferentes aspectos que influyen en la sostenibilidad? No nos engañemos, el requerimiento ambiental es una cuestión importante, pero no la única a tener en cuenta a la hora de hablar de sostenibilidad. La Comisión Mundial para el Medio Ambiente definió, en 1987, el concepto desarrollo sostenible para referirse al desarrollo que asegura la satisfacción de las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer las propias. De este modo, si a la hora de evaluar la sostenibilidad nos quedamos sólo en la parte ambiental o ecológica, quizá estemos viendo sólo una parte del poliedro y los árboles no nos permitan ver el bosque, valga la redundancia.

Venimos observando que en los últimos tiempos que la sostenibilidad, al igual que la transparencia o la participación ciudada, son aspectos fundamentales a la hora de tomar decisiones, a nivel local, regional, nacional. En este sentido, merece la pena pararse y reflexionar, ¿disponemos de herramientas para realizar análisis de valor integrales, que permitan agrupar las diferentes sensibilidades que componen la sostenibilidad, y que posibiliten visiones globales del problema?

La respuesta es un rotundo sí. Smart Engineering, spin-off de la Universitat Pôlitècnica de Catalunya, lleva desde su creación desarrollando herramientas para el análisis de valor y la evaluación de sostenibilidad, que permiten realizar el análisis anteriormente indicado. Estas herramientas se fundamental en el método MIVES, una herramienta desarrollada por profesores e investigadores de la citada universidad. Estas herramientas permiten dar respuestas a diversas cuestiones, tnato de Ingeniería Civil como de cuestiones de Ingeniería Urbana o de Economía e Inversión. Ejemplos de lo anterior los tenemos en diversos desarrollos realizados por Smart Engineering, como la evaluación de la sostenibilidad de diferentes aditivos empleados en la elaboración de hormigón proyectado (BASF Construction Chemicals), el desarrollo de un índice de sostenibilidad de los proyectos de inversión municipal (Ajuntament de Barcelona), la evaluación de la sostenibilidad del sistema de recogida selectiva de residuos.